La humilde judía ha experimentado una especie de renacimiento en los últimos dos años, cuando los consumidores han eliminado los productos básicos de la despensa de los supermercados con una furia apocalíptica.
Una olla de frijoles recién cocidas es un seguro contra los ataques de hambre, un punto de partida inspirador para un sinfín de recetas o una comida en sí misma. Combinar la pequeña legumbre con agua y sal para hacer algo más grande que la suma de sus partes es un reconfortante acto de autocuidado y una apuesta segura ante la ansiosa incertidumbre. Pruébalo cuando te sientas a la deriva: tanto el cocinar como el consumir tienen un efecto de conexión a tierra. Para el cocinero casero, comprar una variedad de granos de lujo es bueno para el alma, como regalarse flores frescas o un café expreso preparado por un experto.
Nuestra oferta de frijoles criollos es una extensión natural de nuestros esfuerzos por abastecernos maíz criollo de México. Muchos de los agricultores de maíz con los que trabajamos también cultivan alubias, ya sea en el estilo "tres hermanas" de la milpa o como cultivo de rotación que ayuda a reponer los nutrientes del suelo que el maíz y otros cultivos pueden agotar. Son una especie de yin y yang agrícola. También son un yin y un yang en tu plato. ¿Qué comida centrada en la masa no mejora con una tierna Tazón de frijoles? Estamos orgullosos de vestir la camiseta del Equipo Frijol. Sigue leyendo para conocer frijoles criollos y nuestros mejores consejos para prepararlos.